fatiga visual

¿Sabes por qué algunos bronceados duran más que otros? ¿Cada cuánto debes aplicarte la crema de factor solar? Te lo contamos todo en este post.


Nuestra piel está expuesta a la luz solar desde que nacemos. Aunque los rayos del astro rey tiene algunos beneficios para la salud, como la producción de vitamina D3, buena para los huesos, lo cierto es que sus efectos perjudiciales son muchos y muy peligrosos y pueden ir desde una quemadura leve, al cáncer. Para convivir con el sol de forma saludable, es importante tener claros algunos conceptos como los que te proponemos a continuación.

 

Rayos UVA, UVB e IR, ¿qué diferencia hay?

Los expertos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV)1 explican los diferentes efectos que causan estas radiaciones invisibles sobre nuestra piel.

  • Los rayos UVA. Son los responsables del “bronceado inmediato”; aquel que se manifiesta a los 30 minutos de exposición solar. Produce daños bajo la epidermis, en el tejido conjuntivo, favoreciendo la aparición del envejecimiento prematuro y las arrugas. Los rayos UVA naturales (procedentes del sol) no causan quemaduras, pero sí aumentan el riesgo de cáncer de piel.
  • Rayos UVB. Producen el “bronceado duradero”; aquel que se manifiesta a los 2-3 días de exposición. Cuando la dosis de estos rayos es demasiado fuerte, la piel se pone roja y se inflama, apareciendo entonces una quemadura solar. Las quemaduras frecuentes e intensas pueden producir a largo plazo alteraciones del material genético, lesiones cutáneas crónicas e, incluso, cáncer de piel.
  • Rayos IR (infrarrojos). Estas emisiones solares son las responsables de la deshidratación, la insolación y el golpe de calor2. Aunque se considera que las emisiones ultravioletas (UVB y UVA) son las más negativas, nuevas investigaciones3 advierten que la radiación IR solar incrementa los efectos negativos de los rayos ultravioleta favoreciendo el envejecimiento cutáneo.

 

¿De qué fototipo eres?

La piel cuenta con diversos mecanismos naturales para absorber o desviar la radiación solar. El más importante de todos ellos es el bronceado, cuya función es protegernos del sol gracias a la producción de un pigmento llamado melanina. Según los expertos de la AEDV4 la respuesta de la piel ante la exposición solar es diferente entre individuos y da lugar a seis “fototipos” diferentes, según la capacidad de la piel para responder a los rayos UV y la sensibilidad de esta5:

  • Fototipo I: Piel rosada o muy pálida, suelen ser personas rubias o pelirrojas y de ojos claros. Se quema fácilmente y no se pigmenta.
  • Fototipo II: Piel blanca con cabello y ojos claros. Se quema fácilmente y, a diferencia con el Fototipo I, se pigmenta ligeramente.
  • Fototipo III: Tono de piel claro, ojos verdes o marrones, cabello castaño a oscuro. Se quema con menor facilidad y se pigmenta de forma gradual.
  • Fototipo IV: Piel morena-clara y cabello oscuro. Se queman poco y se pigmenta con facilidad.
  • Fototipo V: Piel morena-oscura, con mayor concentración de melanina. Raramente se quema y se broncea con facilidad.
  • Fototipo VI: Piel negra, cabello negro o muy oscuro. Difícilmente se quema, se broncean fácilmente, pese a estar muy pigmentados.

 

El decálogo del verano

Según datos de la AEDV6, cada año se diagnostican 5.000 casos de melanoma en España. Estos especialistas calculan además que la pandemia de COVID-19 ha producido un descenso diagnóstico del 21% de los casos de melanoma, lo que se traduce en 1.113 casos sin diagnosticar en nuestro país y 60.000 a nivel mundial. Este año, más que nunca, es fundamental hacer especial hincapié en la importancia de la fotoprotección y la autoexploración para evitar la aparición de estas lesiones y promover su curación. Para ello, la Fundación Piel Sana de la AEDV presenta su decálogo de consejos para disfrutar del sol con responsabilidad:

  • Viste ropa adecuada: de trama tupida, no elástica, preferiblemente de algodón y color oscuro.
  • Usa complementos “barrera” como gorras, sombreros de ala, pañuelos o gafas de sol.
  • Evita exponerte al sol durante las horas centrales del día (12-16 horas).
  • Ponte a la sombra siempre que puedas.
  • No te duermas al sol.
  • Hidrátate por fuera (bebiendo, al menos 1,5 litros de agua) y por fuera (aplicando crema hidratante tras la exposición solar).
  • Aplícate un fotoprotector solar adecuado para tu tipo de piel y zona específica del cuerpo con un SPF igual o superior a 30 media hora antes de la exposición solar con la piel limpia y seca (sin olvidarse de los labios, las orejas, y el cuero cabelludo).
  • Reaplica el protector solar en abundancia y de manera uniforme cada dos horas o después del baño.
  • Explora tu piel con regularidad (al menos una vez al mes).

 

 

Referencias:

1 La diferencia entre rayos UVA y rayos UVB. Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). Agosto 2016. 

2 ¿Qué son las manchas, por qué se producen y cómo combatirlas? Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). Agosto 2016. 

3 Birch-Machin, Mark A. y col. New light shed on damaging impact of infrared and visible rays on skin. Individual and combined effects of the infrared, visible, and ultraviolet light components of solar radiation on damage biomarkers in human skin cells. FASEB Journal. Newcastle University. Enero 2020. 

4 Servicio de Dermatología, Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. Fotoprotección: Protección solar oral, protección solar tópica. Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). Febrero 2016. 

5 ¿Qué es el fototipo y cuántos hay? Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). Septiembre 2016. 

6 Galván, Alba. Los dermatólogos apelan a la responsabilidad de cara a la exposición solar. Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) Blog. Junio 2021. 

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