En este post te damos sugerencias para mantener la actividad física, intelectual, social y emocional que te permitan disfrutar de una jubilación saludable y feliz.
Hoy, en muchos casos, llegar a la edad establecida para dejar de trabajar no significa que la vejez haya comenzado1,4. Pero sí que es una época de cambios en la que, para vivir con calidad, además de mantener la salud hay que buscar la felicidad, el afecto, la satisfacción, la autoestima…4. Y aprender a gestionar el ocio, las relaciones y el nuevo orden de prioridades2.
Históricamente, jubilación y vejez iban de la mano: la edad y sus achaques justificaban el cese de la vida laboral. Ahora vivimos más porque lo hacemos mejor. Una vez alcanzada la edad de jubilación, las mujeres viven, de media, veinte años más. Los hombres entre diez y quince gracias a la mejora de la calidad de vida y de la atención sanitaria, entre otros factores4.
Además, la edad oficial para jubilarse, en la práctica, no es única e inamovible. En Francia y Holanda, por ejemplo, los trabajadores suelen dejar de trabajar antes que en España4.
Así, los expertos comienzan a hablar de “viejos jóvenes” con necesidades propias4 que hacen recomendable que les tengan en cuenta en el diseño de los planes y programas de envejecimiento saludable, preparándolos mejor para el cambio laboral y no solo para la vejez5.
Planificación y objetivos
Es importante fijar un propósito orientado a lograr una vida de calidad2, entendida como satisfactoria y feliz4. Como servir de apoyo a la familia, algún amigo o alguien que lo necesite; tutelar a jóvenes profesionales que inician su carrera en un área en la que tengas experiencia; mejorar tu forma física, estudiar, aprender o perfeccionar alguna habilidad…1,2.
Te ayudará a seguir un camino y saber en todo momento en qué punto te encuentras, además de que facilitará que planifiques y estructures un horario. Mantenerse activo es una prioridad1,2 y los patrones y las rutinas facilitan la adherencia a un estilo de vida saludable2.
No se trata de llenar el tiempo sino de regularizar ciertas actividades: haz que encajen en la visión que tienes de este nuevo momento vital2, que permitan la improvisación y flexibilidad, e incluye tiempo libre y propio1.
Hábitos diarios
Desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMYFC) señalan hábitos diarios que debes vigilar y fomentar1:
- Mimar la higiene y el aspecto, ya que verte bien te hace sentir mejor.
- Tener una buena higiene del sueño acostándote y levantándote a la misma hora todos los días, aunque no tengas obligaciones.
- Moverse: el deporte o la actividad física mejoran la calidad de vida y el estado mental.
- Comer sano, sin excesos y disfrutando del momento.
- No fumar.
- Moderar el consumo de alcohol, si lo tienes permitido.
- Mantenerte informado y al día a través de los medios de comunicación.
- No abusar de las pantallas.
Cuidar la vida social
Parte de la socialización a lo largo de la vida adulta se hace en la oficina, con los compañeros de trabajo. Y es normal que el cese en las relaciones provoque cierto malestar, por lo que es interesante que, antes de que llegue el momento, elijas con quién quieres mantener el contacto y te asegures de lograrlo2, además de seguir en contacto con familia y amigos. Evita la soledad y el aislamiento4.
También, piensa en personas con quien desearías retomar una amistad o gente con quien te gustaría intimar más2. Mételos en tu agenda: organiza quedadas, visitas, charlas por teléfono o de manera presencial. Incluida la familia. Los nietos son una buena fuente de conversación que estimula tu mente y la suya1.
La importancia del aprendizaje
El cerebro entrena la agilidad mental con los desafíos que resolvemos a diario mientras trabajamos. Para mantenerla hay que enfrentarse a cosas nuevas. Como aprender alguna habilidad, jugar y hacer pasatiempos, realizar viajes, estudiar algún curso…2
Infórmate sobre las actividades que se llevan a cabo en tu barrio, ciudad o provincia. Busca los Programas de Envejecimiento Activo y Saludable en los Centros Municipales o de la Comunidad Autónoma en la que vives, o los centros Hogar del Jubilado. Algunas comunidades organizan viajes culturales nacionales e internacionales de distinta duración para los mayores de 60; programas interuniversitarios dirigidos a personas a partir de 55 años para mantener la actividad intelectual y favorecer las relaciones interpersonales e intergeneracionales, y talleres jurídicos, de competencias digitales o desarrollo personal, también para mayores de 60 años3.
Aprende a vivir en la edad que tienes con lo que te toca. Si no consigues sentirte bien anímicamente, pide ayuda. También si aparecen achaques físicos o van a peor: traza un plan con tu médico de cabecera o enfermera para cuidar de tu salud1.
Referencias:
1 Jubilación Saludable. Semfyc. Octubre, 2017.
2 Envejecimiento saludable. Mayo Clinic. Septiembre de 2021.
3 Programa de envejecimiento activo y saludable. Comunidad de Madrid. Consultado noviembre 2021.
4 Jubilación y calidad de vida. Revista Española de Geriatría y Gerontología. 1998.
5 Envejecimiento y salud. Octubre 2021.