La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel en la que hay un estado de permanente aceleramiento en la regeneración celular epidérmica.
Es una patología que, generalmente, se ve afectada por los cambios de estación y por el estrés físico y emocional. Además, los climas secos como el interior de la Península contribuyen a que las placas de psoriasis sean más gruesas, más secas y tiendan a fisurarse formando heridas que escuecen y molestan.
Lo que se aconseja para el cuidado de la psoriasis es utilizar cremas hidratantes especiales que lleven queratolíticos (como el ácido salicílico o el ácido glicólico), que son sustancias que mejoran la plasticidad, permitiendo que la piel sea más flexible y que, además, las escamas gruesas se vayan perdiendo de forma progresiva para que las placas sean más finas.
La exposición al sol ayuda también a la psoriasis, ya que tiene propiedades antiinflamatorias. En concreto se aconsejan:
- Entre tres y cuatro exposiciones al sol semanales.
- Entre 20 o 25 minutos cada una de ellas.
- Antes de las 12:00 o después de las 17:00, evitando las horas en las que el sol es más peligroso para la piel.
Si la psoriasis pica o se produce un brote progresivo, se aconseja utilizar cremas antiinflamatorias o de cortisona, pero ya prescritas por un médico.
En resumen, se recomienda:
- El uso de cremas con queratolíticos suaves como la urea o el ácido salicílico.
- Mantener una humedad importante en el ambiente, especialmente en zonas de climas secos.
- Exposición al sol con precaución (no debe ser de 12:00 a 17:00, horas en las que el sol es más peligroso).
Este vídeo forma parte del proyecto “COMPROMETIDOS CON TU SALUD”, que consta de una serie de vídeos con profesionales de la salud para ayudarte a cuidar de ti y de tu familia.