En este post vamos a hablar sobre el estreñimiento, qué causas lo provocan y qué alimentos consumir para prevenirlo o aliviar los síntomas.
El estreñimiento suele definirse como una frecuencia de deposiciones inferior a tres veces por semana. El estreñimiento ocasional es muy común, pero algunas personas experimentan estreñimiento crónico, que puede interferir en su capacidad para realizar sus tareas o actividades cotidianas1.
Un error frecuente es creer que es necesario evacuar todos los días y que, de no hacerlo, no se limpia bien el organismo. Esto no es así y tomar laxantes sin prescripción médica para conseguir evacuar todos los días es innecesario y puede ser perjudicial2.
Qué es el estreñimiento
Se denomina estreñimiento a la dificultad para evacuar las heces, bien por una baja frecuencia de deposiciones o bien por la necesidad de hacer un esfuerzo para defecar2
Es normal defecar al menos una vez cada tres días y que sea dificultosa menos de una de cada cuatro deposiciones. Por tanto, se considera que una persona sufre estreñimiento si tiene menos de una deposición cada tres días o le cuesta trabajo evacuar las heces más de una de cada cuatro veces2.
El estreñimiento crónico se caracteriza por deposiciones poco frecuentes o dificultad para evacuar las heces durante varias semanas o más1. Se estima que un 15% de la población sufre estreñimiento crónico, que es más frecuente en mujeres, especialmente durante el embarazo, y en personas mayores de 65 años2.
Síntomas
Entre los signos y síntomas del estreñimiento crónico se incluyen los siguientes1,3:
- Menos de tres deposiciones por semana.
- Heces duras, secas o grumosas.
- Dificultad para evacuar: necesidad de esfuerzo para defecar, dolor o sensación de obstrucción del recto que dificulta la evacuación.
- Necesidad de ayuda para vaciar el recto, como, por ejemplo, presionar el abdomen con las manos.
El estreñimiento puede considerarse crónico si se han experimentado dos o más de estos síntomas durante los últimos tres meses1.
Si los síntomas no desaparecen con medidas de autocuidado o se tienen antecedentes familiares de cáncer colorrectal, se debe acudir al médico3.
Causas del estreñimiento crónico
Aunque el estreñimiento crónico puede ser debido a múltiples causas1,3, muchos casos se deben:
- Contracción inadecuada del intestino grueso que dificulta el avance de las heces.
- Sensibilidad reducida del recto a la presencia de heces que dificulta la sensación de ganas de evacuar.
- Falta de capacidad de la musculatura abdominal para generar la fuerza suficiente para defecar.
- Cambios en el estilo de vida y los hábitos diarios.
Otras causas menos frecuentes de estreñimiento crónico son:
- Obstrucciones en el colon o el recto: pueden retardar o detener el movimiento de las heces debido a:
- Pequeños desgarros en la piel alrededor del ano (fisura anal).
- Obstrucción intestinal.
- Cáncer de colon.
- Estrechamiento del colon (constricción intestinal).
- Otro cáncer abdominal que hace presión sobre el colon.
- Cáncer del recto.
- Rectocele o prolapso posterior: ocurre cuando el recto se mueve hacia delante, empujando la pared posterior de la vagina, formando un bulto.
- Problemas neurológicos: pueden afectar a los nervios que hacen que los músculos del colon y el recto se contraigan y muevan las heces a través de los intestinos. Las causas pueden ser:
- Daños en los nervios que controlan las funciones corporales (neuropatía autonómica).
- Esclerosis múltiple.
- Enfermedad de Parkinson.
- Lesión de la médula espinal.
- Accidente cerebrovascular.
- Problemas en los músculos pélvicos relacionados con la defecación, que pueden causar:
- Incapacidad para relajar los músculos pélvicos para permitir la defecación (anismo).
- Descoordinación de los músculos pélvicos para contraerse y relajarse correctamente (disinergia).
- Músculos pélvicos debilitados.
- Afecciones hormonales, entre las que se pueden encontrar:
- Diabetes.
- Glándulas paratiroides hiperactivas (hiperparatiroidismo).
- Embarazo.
- Baja actividad de la glándula tiroides (hipotiroidismo).
- Algunos medicamentos o suplementos dietéticos.
Qué comer para evitar o aliviar el estreñimiento
Para ayudar a prevenir o aliviar el estreñimiento es recomendable seguir una dieta rica en fibra y tomar abundantes líquidos, especialmente, agua1,2,3,4. Esto hará que las heces se vuelvan más blandas y fáciles de evacuar4.
Fibra
Dependiendo de la edad y el sexo, los adultos deben consumir entre 22 y 34 gramos de fibra alimentaria al día. Algunos alimentos ricos en fibra son1,2,4:
- Cereales integrales, como pan, pasta de trigo y arroz integrales, avena o cereales con salvado
- Legumbres, como lentejas, alubias, guisantes o garbanzos.
- Frutas, como manzana, pera, ciruela o melocotón con piel, melón, naranja o frutos rojos.
- Verduras y hortalizas, como zanahoria, brócoli, tomate, cebolla, y en particular verduras de hoja verde, como col, espinacas, acelgas o lechuga.
- Frutos secos, como almendras, cacahuetes o nueces.
Agua
Es fundamental beber mucha agua y otros líquidos, como caldos, zumos de frutas y hortalizas que contienen edulcorantes naturales, para ayudar a que la fibra funcione mejor contra el estreñimiento4.
Tomar agua abundante y otros líquidos es también una buena forma de evitar la deshidratación. Mantenerse bien hidratado es esencial para la salud en general, y también puede contribuir a prevenir el estreñimiento4.
Recomendaciones
Además de una alimentación adecuada, también puedes seguir estos consejos que ayudan a evitar el estreñimiento crónico1,2:
- Mantente activo y haz ejercicio físico regularmente.
- Controla el estrés.
- Trata de establecer un horario regular para ir al baño, a ser posible después de una comida.
- Cuando sientas el impulso de defecar, no lo pases por alto.
- Asegúrate de que los niños que empiezan a comer alimentos sólidos consuman una cantidad suficiente de fibra.
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Referencias:
1 Estreñimiento. Mayo Clinic. Octubre, 2021.
2 Estreñimiento. Revista Española de Enfermedades Digestivas. Abril, 2006.
3 Síntomas y causas del estreñimiento. NIH. Mayo, 2018.
4 Alimentación, dieta y nutrición para el estreñimiento. NIH. Mayo, 2018.