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Seguro que te has topado con la palabra franquicia alguna vez, pero no siempre queda claro qué significa exactamente. ¿Es algo que pagas? ¿Te lo descuentan? ¿Te conviene tenerla o no? La realidad es que la franquicia puede marcar bastante la diferencia, tanto en el precio que pagas por el seguro como en lo que tendrás que desembolsar si hay un siniestro. Y eso aplica, por ejemplo, si tienes un seguro de coche con franquicia, pero también en otras pólizas. Vamos a ver qué implica realmente tener una franquicia y en qué casos puede interesarte.

¿Qué es una franquicia?

La franquicia es la cantidad que te comprometes a pagar si ocurre un siniestro. Es decir, cuando tienes un daño cubierto por tu seguro, asumes una parte del coste y el resto lo cubre la aseguradora. Por ejemplo, si has pactado una franquicia de 300 euros y el arreglo cuesta 1.000, tú pagarías esos 300 € y la compañía se haría cargo de los 700 € restantes.

Este sistema se utiliza en distintos tipos de seguros: desde el coche y el hogar hasta pólizas de salud o de responsabilidad civil, siempre que se haya acordado esta modalidad.

 

¿Cómo funciona un seguro a todo riesgo con franquicia?

Mujer poniéndose cinturón dentro del coche
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Ventajas

¿Cuáles son las principales ventajas de un seguro a todo riesgo con franquicia?

Contratar un seguro a todo riesgo con franquicia puede ser una muy buena opción si buscas una protección completa a un precio más ajustado. Aunque implica asumir una parte del coste en caso de siniestro, este tipo de seguro ofrece beneficios importantes que conviene tener en cuenta, especialmente si no sueles tener accidentes.

Diferencias entre seguro con franquicia y sin franquicia

Cuando te planteas contratar un seguro, una de las primeras decisiones que hay que tomar es si lo prefieres con franquicia o sin ella. Las dos opciones tienen sus pros y sus contras, y la elección depende mucho de tu situación personal:

  • Con franquicia: la prima anual suele ser más baja.

  • Sin franquicia: el precio es más alto, ya que la aseguradora asume el 100 % del riesgo.

  • Con franquicia: tú pagas una parte del siniestro (por ejemplo, los primeros 300 euros).

  • Sin franquicia: no pagas nada en caso de que el siniestro sea cubierto.

  • Con franquicia: muchas veces no compensa declarar siniestros de bajo importe.

  • Sin franquicia: puedes declarar cualquier siniestro sin preocuparte por el coste.

  • Con franquicia: ideal para personas con pocos siniestros o conductores con experiencia.

  • Sin franquicia: recomendable si se busca total tranquilidad y cobertura desde el primer euro.

  • Con franquicia: mayor control sobre qué incidentes declarar.

  • Sin franquicia: máxima protección, sin tener que asumir costes adicionales.

¿En qué casos es recomendable contratar un seguro con franquicia?

Contratar un seguro con franquicia puede ser especialmente recomendable en determinadas situaciones y para ciertos perfiles de conductor. Estos son los más habituales:

 Si llevas años conduciendo y rara vez has tenido accidentes, es probable que no necesites declarar partes con frecuencia. En ese caso, puedes beneficiarte de un precio del seguro más bajo sin renunciar a una buena cobertura.

Si solo conduces fines de semana, en vacaciones o haces trayectos cortos, el riesgo de siniestro es menor. Un seguro con franquicia puede ayudarte a ahorrar sin gastar demasiado.

Si tu coche ya tiene unos años y no necesitas la cobertura total desde el primer euro, esta modalidad permite tener un seguro a todo riesgo a un coste más ajustado.

Si puedes asumir pequeñas reparaciones pero quieres estar protegido ante siniestros graves, la franquicia te da ese equilibrio entre coste y cobertura.

En definitiva, este tipo de seguro está pensado para quienes valoran una protección amplia pero no quieren pagar más de lo necesario si el uso del coche o el perfil de riesgo lo permite.

Preguntas frecuentes

La respuesta a todas tus preguntas

No, la franquicia no limita las coberturas del seguro. Lo que cambia es la forma en que se aplica la indemnización en caso de siniestro. Es decir, sigues teniendo derecho a todas las coberturas contratadas, pero en caso de activarlas, asumes una parte del coste según el importe de la franquicia. Afecta al reparto del gasto, no a los riesgos cubiertos.

La franquicia sirve para reducir el precio del seguro y evitar gestiones innecesarias en siniestros de bajo coste. Es una forma de compartir el riesgo entre el asegurado y la compañía. Así, se mantiene la protección ante imprevistos graves, pero con una prima más ajustada.

En la práctica, tener una franquicia de 1.200 euros significa que, si tienes un siniestro cubierto, tú te harás cargo de los primeros 1.200 €. La aseguradora solo cubrirá lo que supere esa cantidad.

Por ejemplo, si el arreglo cuesta 1.800 €, tú pondrías 1.200 y la compañía los 600 restantes. Ahora bien, si el daño es menor —pongamos que cuesta 1.000 €—, entonces te tocaría pagar todo tú, porque no se llega a cubrir ese umbral.

Depende de tu perfil y tus necesidades:

  • Si usas poco el coche, tienes buen historial de siniestros y quieres pagar menos prima, el seguro con franquicia puede ser más interesante.

  • Si prefieres tener cobertura desde el primer euro y no asumir costes imprevistos, el seguro sin franquicia te ofrece mayor tranquilidad.

Un seguro a todo riesgo con franquicia de 200 euros cubre todos los daños del vehículo asegurado, pero en caso de siniestro, tú asumes los primeros 200 €. Es una modalidad intermedia entre pagar una prima baja y tener una buena cobertura. Resulta ideal si quieres protección completa, pero sin asumir una prima demasiado elevada.

Dependerá de quién tenga la culpa:

  • Si el responsable del golpe eres tú, deberás pagar el importe de la franquicia y la aseguradora cubrirá el resto de los daños.

  • Si el responsable es otro conductor y se reconoce su culpa, no pagarás nada: su seguro asumirá el 100 % del coste.

En cualquier caso, tu seguro te ayudará a gestionar el parte y tramitar la reparación del vehículo.