Viruela del mono: todo lo que tienes que saber - Adeslas Salud y Bienestar

El virus de la viruela del mono fue identificado por primera vez en 1958 en Dinamarca en una instalación destinada a la investigación con monos. El primer caso descrito en humanos se dio en la República del Congo (Zaire) en 1970, en la zona del África occidental, con un clima tropical lluvioso. Desde entonces se han ido sucediendo brotes sobre todo en África central y occidental en donde es considerada una enfermedad endémica.


¿Qué produce esta enfermedad y dónde es más frecuente?

Es una enfermedad exantemática producida por un poxvirus del género de los Orthopoxvirus, son virus que tienen una especial afinidad por la piel.

Actualmente desconocemos los reservorios animales, pero sí sabemos que tanto los monos como los roedores son un paso intermedio para contagiar al humano.

Los expertos los han definido como “virus tropical selvático”. A día de hoy se han identificado dos cepas, una más virulenta y que se transmite con más facilidad (África central) y otra más leve y menos trasmisible (África occidental), con una división geográfica en Camerún, donde se han encontrado las dos cepas de este virus.

Recientemente se ha comunicado la aparición de casos de esta enfermedad en Reino Unido, Portugal, Canadá, EEUU, Italia, Suecia, España…, países en donde la enfermedad no es endémica, con numerosos casos sin confirmar.

¿Cómo se trasmite este virus?

Las formas de trasmisión del virus son:

  • De animal portador a persona: por medio de arañazos, mordeduras, carne contaminada…
  • De persona a persona: por vía cutánea a través de fluidos corporales por contacto de piel y mucosas, gotitas respiratorias de gran tamaño (en el caso de la viruela humana y casi inexistente en el caso del virus de la viruela del mono), además del contacto con objetos contaminados, sábanas, toallas… mediante un contacto próximo y prolongado.
  • Se han descrito casos de trasmisión al feto a través de la placenta en embarazadas.

Este virus entra en la persona a través de pequeños daños en la piel, mucosas (ojo nariz, boca y genitales) y, en algunos casos por el sistema respiratorio.

¿Cómo se desarrolla la enfermedad y cuál es su evolución?

Tras su entrada en el organismo, los signos y síntomas que aparecen son muy similares a los de la viruela humana, salvo la inflamación de los ganglios. La enfermedad pasa por varios estadios de distinta duración y sintomatología:

  • Incubación: dura entre 1 y dos semanas y habitualmente no aparece ningún síntoma.
  • Invasión: dura unos 0 a 5 días. En esta fase aparecen síntomas como dolor de cabeza, fiebre, cansancio, afectación de distintos órganos (riñón, hígado…) e inflamación de los ganglios (linfadenopatías).
  • Exantemática: dura aproximadamente de 1 a 3 días tras el comienzo de la fiebre. El exantema suele ser uniforme y las lesiones similares entre sí, el número es variable. Comienza por un enrojecimiento en la piel (máculas) para después transformarse en granitos tipo pápulas que evolucionan a lesiones vesiculosas que son como bolsitas llenas de líquido, para terminar en pústulas, que son lesiones parecidas a las ampollas que se trasforman en costras. Las localizaciones más frecuentes son en la piel de la cara y extremidades, el reverso de los párpados, así como en la mucosa oral y genital.

La duración total de la enfermedad suele ser de 2 a 4 semanas y es restringida, es decir, desaparece por sí sola sin necesidad de tratamiento específico.

En los brotes que se están produciendo en Europa, la gran mayoría de los casos se dan en hombres jóvenes.

La invasión multiorgánica no suele comprometer la vida del paciente. Los casos graves se dan con mayor frecuencia en niños y jóvenes. Las personas que han sido vacunadas de la viruela humana tienen una cierta protección a su contagio.

¿Qué complicaciones pueden aparecer?

Hay que estar muy pendiente de las posibles complicaciones que se puedan presentar, dentro de estas la más frecuente es la sobreinfección por colonización de las lesiones por parte de bacterias.

También pueden desarrollar neumonía, encefalitis y sepsis. Cuando se ven afectados los ojos hay que prestar especial cuidado para que no se dañe la córnea de manera permanente pudiendo llegara producir, si no se toman medidas a tiempo, ceguera.

¿Qué podemos hacer para evitar el contagio?

Hay una serie de recomendaciones que tenemos que tener en cuenta para evitar el contagio:

  • Evitar contacto con animales portadores y con aquellos materiales que han estado en contacto con ellos.
  • Aislar al paciente que contrae la enfermedad, evitando el contacto directo con él y los objetos que utilice.
  • Rastreo de contactos.
  • Utilización frecuente del lavado de manos o gel hidroalcohólico.

En cuanto a las medidas preventivas como la vacunación, no hay una vacuna específica dirigida a este virus, aunque la vacuna de la viruela humana, sobre todo la de tercera generación, confiere protección.

En la actualidad se están utilizando para su tratamiento ciertos antivirales que están en el mercado y la vacuna en personas que se demuestra que han sido expuestas (vacuna postexposición).

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