27/01/2021

 

El Síndrome del Intestino Irritable (SII), que conocemos también por colon irritable, es un trastorno crónico del aparato digestivo que se caracteriza porque los pacientes tienen una serie de síntomas que van desde dolor en la zona baja del abdomen (tipo cólico y que mejora tras defecar), a cambios en el ritmo intestinal (bien diarreas o bien estreñimiento), flatulencia e hinchazón abdominal. Estos síntomas alternan periodos de remisión con agravamientos (brotes).¹

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Es un trastorno bastante frecuente, ya que se estima que afecta a entre el 10 y el 15% de la población. Sin embargo, a pesar de que afecta a la calidad de vida de los pacientes, solo el 15% de los afectados acuden al especialista para obtener un diagnóstico y un tratamiento.²

El Síndrome de Intestino Irritable es una dolencia crónica benigna. Los pacientes afectados no tienen más probabilidades de desarrollar cáncer colorrectal o enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Tampoco disminuye la supervivencia de los que lo padecen.

Para llegar a su diagnóstico, los gastroenterólogos hacen a los afectados una historia clínica muy completa y realizan una serie de pruebas para descartan que los síntomas correspondan a otra enfermedad digestiva. Las pruebas pueden ser: analítica de sangre y heces; pruebas radiológicas (ecografía y/o radiografía intestinal) y colonoscopia. También pueden realizarse test que descarten una intolerancia a la lactosa o una excesiva proliferación bacteriana.¹

Por otra parte, hay que poner de manifiesto que se ve afectada la calidad de vida de las personas que padecen el SII. Por ejemplo, tienen un absentismo laboral 3 veces mayor al de las personas sin él, además de que tienen más problemas psiquiátricos, especialmente depresión y ansiedad. ³ De hecho, algunos síntomas hacen que los pacientes tengan más problemas para mantener relaciones sociales y laborales.

¿Hay personas que tienen más probabilidades de desarrollar Síndrome del Intestino Irritable?⁴

Sí que se han identificado algunos factores que hacen que algunas personas tengan más predisposición a desarrollar este trastorno:

• Ser mujer: tienen hasta el doble de posibilidades de padecer Síndrome de Intestino Irritable. Las hormonas femeninas podrían estar implicadas en su desarrollo, ya que durante la menstruación se produce un agravamiento de la sintomatología.

• Edad: ya que se da con mayor frecuencia en personas menores de 50 años.

• Antecedentes familiares de SII: al igual que ocurre en otras muchas enfermedades, los genes parecen influir en su aparición.

• Personas con problemas de estrés, ansiedad o depresión: no solo es más frecuente en pacientes psiquiátricos, sino que además el estrés o la ansiedad agravan la enfermedad.

• Pacientes que han tenido previamente una infección intestinal grave provocada por bacterias como pueden ser Salmonella, Campylobacter, Shigella, y también por algunos virus.

¿Cómo es el tratamiento del SII?

En la actualidad, no existe un tratamiento curativo, sino que tiene como objetivo que los periodos de remisión de los síntomas sean más largos y que cuando aparecen los brotes sean menos graves. Por otra parte, no existe un tratamiento estándar para los pacientes con SII.

Es el médico quien debe personalizarlo dependiendo no solo de cada paciente sino también del momento en el que se encuentre la enfermedad. La relación entre gastroenterólogo y paciente debe ser muy estrecha y de total confianza para que estos tengan la mejor calidad de vida posible. Sin embargo, sí que existen una serie de recomendaciones generales que van a pueden aliviar los síntomas de la enfermedad.

• Practicar ejercicio físico: se estima que debe tener una duración de entre unos 30-45 minutos al día, pero todo dependerá de las condiciones físicas de cada paciente. Se sabe que el ejercicio físico ayuda a mejorar el funcionamiento del aparato cardiovascular, digestivo y sistema nervioso central.

• Reducir en la medida de lo posible las situaciones estresantes: actividades como el yoga, la meditación o el mindfulness tienen propiedades relajantes y nos permiten reducir los niveles de estrés.

• Mejorar el hábito defecatorio: para ello es aconsejable acudir al baño siempre que el cuerpo lo necesite y no retrasar el acto, así como tomarse el tiempo necesario y establecer un horario para defecar. El sistema digestivo lo incorporará a su “normalidad”, mejorando, especialmente, los síntomas de los pacientes con SII que tienen estreñimiento frecuente.

• No realizar comidas copiosas: es preferible realizar entre 4-5 comidas al día con menor cantidad y tomarse el tiempo necesario para llevarlas a cabo. Comer muy deprisa, por ejemplo, hace que aumente la flatulencia.

• Ingerir al menos 2 litros de agua al día: ayuda a evitar la deshidratación si existen diarreas persistentes y hace que las heces sean más blandas, facilitando la defecación en caso de estreñimiento.

• Evitar el tabaco y el alcohol

• Evitar el consumo de alimentos irritantes y que aumentan las flatulencias: especias, cafeína, teína, picantes, grasas saturadas y trans, cítricos, bebidas carbonatadas.

• Quitar de la dieta solo aquellos alimentos que el paciente ha identificado que le “sientan peor”.

• Eliminar la ingesta de sorbitol: es un edulcorante artificial utilizado en chicles, caramelos y en algunos medicamentos.

• Dieta pobre en FODMAP:Dieta pobre en FODMAP: los FODMAPs son un conjunto de alimentos con alto contenido en hidratos de carbono denominados oligosacáridos fermentables, disacáridos, monosacáridos y polioles. Algunos de los alimentos que contienen mayores cantidades de FODMAP son: manzana, pera, melocotón, mango, sandía, zumos de fruta, miel, lácteos y derivados, alcachofas, espárragos, coles de Bruselas, repollo, ajo y cebolla, entre otros.²

 

 

Referencias:

¹ Síndrome del intestino irritable (Colon irritable). Manual MSD. Junio, 2019. 

² Mes Salud Digestivo: Síndrome de Intestino Irritable (SII) en 2020. Fundación Española del aparato digestivo. 

³ Síndrome de Intestino Irritable. Mayo Clinic. Octubre, 2020. 

⁴ Definición e información sobre el síndrome del intestino irritable. The National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. Noviembre, 2017.