fatiga visual

La dieta de los niños españoles tiene más grasas no saludables y menos grasas saludables de lo que debería. Las leches enriquecidas podrían ser claves para revertir esta situación.


Para su correcto desarrollo, los niños necesitan consumir a través de la dieta cantidades suficientes de ácidos grasos esenciales como los omega-3, especialmente de ácido docosahexaenoico, también llamado DHA, fundamental para la formación y funcionalidad del sistema nervioso central, especialmente del cerebro y la retina.

Sin embargo, tal y como revela un trabajo realizado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de la Nutrición (FINUT), enmarcado dentro del Estudio EsNuPI (Estudio Nutricional en Población Infantil Española)1, la dieta de los niños españoles es elevada en grasas saturadas y deficitaria en este tipo de ácidos grasos tan beneficiosos.

Para llevar a cabo este estudio, sus autores contaron con datos de 1514 niños y niñas de entre uno y diez años, que vivían en zonas urbanas y no seguían una alimentación vegana. Los datos se recopilaron entre los años 2018 y 2019. Los participantes se dividieron a su vez en dos grupos: uno de ellos estaba formado por aquellos que consumían todo tipo de leches (considerado representativo de la población infantil general), mientras que el otro lo conformaban los menores que tomaban leches infantiles enriquecidas, incluyendo leches de continuación, leches de crecimiento y otras leches enriquecidas y fortificadas.

La grasa en la dieta de los niños

Los autores del estudio encontraron que las tres fuentes principales de grasa total en la dieta de los niños fueron:

  • la leche y los productos lácteos
  • los aceites y las grasas
  • las carnes y los productos cárnicos

En la población general infantil la fuente principal de DHA son los pescados y mariscos, seguidos de la carne y productos cárnicos y de la leche y los productos lácteos.

En la población de niños consumidores de leches infantiles enriquecidas, la leche y los productos lácteos aparecen en primer lugar como fuente de DHA, seguido de los pescados y mariscos y las carnes y productos cárnicos.

Más grasas de las “buenas” y menos de las “malas”

Tal y como ha declarado Rosaura Leis2, Coordinadora de la Unidad de Nutrición Pediátrica del Complejo Hospitalario de la Universidad de Santiago de Compostela y una de las autoras del estudio: “Una ingesta de grasa adecuada en la alimentación infantil es fundamental para asegurar un buen aporte de energía, así como un correcto crecimiento físico y el desarrollo de órganos esenciales como el cerebro. El consumo de grasas debe suponer el 20-35% de la ingesta energética total, atendiendo siempre a las ingestas mínimas recomendadas de ácidos grasos esenciales y ácidos grasos poliinsaturados, como los omega-3 y los omega-6, y moderando las grasas saturadas”.

De acuerdo con el análisis realizado, los niños que consumían leches infantiles enriquecidas mostraban tener un perfil más saludable de consumo de grasas.

  • Para que la dieta infantil sea saludable, la ingesta de grasas saturadas (malas) no debe superar el 8% de ingesta energética total. Según el estudio mencionado, el grupo que representaba a la población infantil general presentaba un porcentaje del 13%; mientras que en el grupo de los niños consumidores de leches infantiles enriquecidas este porcentaje era algo mejor, de un 12%.
  • El porcentaje de niños que cumplían las recomendaciones de grasas poliinsaturadas (buenas) se sitúa en el 21,5% en el caso de los consumidores de leches infantiles enriquecidas y en el 11,2% en el grupo de población infantil general.

Las leches infantiles enriquecidas, una buena alternativa

De acuerdo con Leis: “La principal fuente de DHA en la dieta son los pescados azules, pero en muchos casos a los padres les resulta difícil introducir estos alimentos en la dieta de los niños con la frecuencia que sería necesaria para alcanzar las ingestas diarias recomendadas. El Estudio EsNuPI muestra que utilizar alimentos fortificados y enriquecidos como los lácteos, tan presentes e importantes en la dieta de los niños, es una estrategia útil y eficaz para ayudar a alcanzar las ingestas adecuadas”, explica la doctora Leis.

 

 

Referencias:

1 Madrigal, Casandra y col. Dietary Intake, Nutritional Adequacy and Food Sources of Total Fat and Fatty Acids, and Relationships with Personal and Family Factors in Spanish Children Aged One to <10 Years: Results of the EsNuPI Study. Nutrients. Agosto de 2020. 

2 Los niños que consumen leches infantiles enriquecidas ingieren 4,5 veces más omega-3 DHA, esencial para el desarrollo cognitivo y la agudeza visual. Estudio EsNuPI. Fundación Española de la Nutrición y FINUT Fundación Iberoamericana de Nutrición. Febrero 2020. 

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