En este post vamos a hablar sobre qué es el miedo a las agujas y abordaremos algunas estrategias y herramientas para gestionarlo.
Los análisis de sangre, las vacunas y los tratamientos inyectables, entre otros ejemplos, pueden salvar vidas, ya que tienen un papel fundamental en la detección, prevención y tratamiento de múltiples enfermedades. Sin embargo, para algunas personas enfrentarse a una aguja puede suponer todo un reto, especialmente en el caso de los niños1,2.
Se estima que dos de cada tres niños tienen miedo a los pinchazos. Por eso, resulta muy útil contar con algunas pautas que nos ayuden a controlar estas situaciones y a gestionar el miedo que les provocan las agujas en los más pequeños1,3.
¿Qué es el miedo a las agujas?1,2
El miedo excesivo a las agujas, conocido también como tripanofobia, es una fobia que hace que la persona tema tanto a las agujas que no sea capaz de someterse a pruebas médicas o recibir tratamientos que requieran su uso.
El miedo puede generar crisis de ansiedad, ataques de pánico o, incluso, desmayos. Este miedo puede estar causado por haber experimentado anteriormente dolor relacionado con el uso de agujas, pero también puede tener un componente biológico.
El miedo a las agujas genera situaciones especialmente delicadas en los niños, a quienes les resulta más difícil controlar sus miedos.
Estrategias y herramientas para gestionar el miedo a las agujas
Existen diferentes niveles de miedo a las agujas y, aunque en ocasiones es complicado controlarlo, algunas estrategias y herramientas ayudarán a tu hijo a gestionar el miedo al pinchazo1-3:
- Agua: es recomendable beber agua antes de una extracción sanguínea, así las venas contendrán más líquido y la extracción de sangre será más fácil. Si la analítica se va a realizar por la mañana, se puede beber más agua por la noche y a primera hora de la mañana.
- Anestésicos tópicos: consultar con el personal sanitario si es posible utilizar un anestésico tópico en crema o aerosol para adormecer la piel y mitigar la sensación dolorosa.
- Vibración o enfriamiento: se puede utilizar un dispositivo que se coloca por encima de la zona de punción y causa una sensación de vibración o enfriamiento, que ayuda al cerebro a centrarse en esta y reducir así la sensación de dolor.
- Cerrar los ojos o mirar hacia otro lado para evitar que vea la aguja, que es el desencadenante del miedo.
- Métodos de distracción: como, por ejemplo, dejarle jugar, ver un vídeo o cantar una canción para que desvíe su atención durante el pinchazo.
- Ejercicios de respiración: inhalar y exhalar lentamente le tranquilizará y ayudará a reducir la reacción del cuerpo a la sensación dolorosa. Podéis realizar las respiraciones juntos para que aprenda a mantener los tiempos y lo haga de forma relajada.
- Si tiene diabetes: se puede consultar la opción de utilizar un inyector de chorro en vez de una aguja para administrar la insulina.
- Consuelo: el contacto con tu hijo o simplemente el hecho de acompañarlo, le transmitirá seguridad y le ayudará a estar más tranquilo y a aplacar la sensación de miedo.
Además, también es muy importante ayudarle a gestionar el miedo a través de la comunicación1-3:
- Explicarle cómo será el proceso: contarle qué pasará antes, durante y después de la prueba.
- Utilizar palabras neutrales: evitar palabras como inyección o pinchazo para limitar los sentimientos negativos que puedan producirle. En su lugar, se pueden emplear palabras como vacuna, por ejemplo.
- Entender sus preocupaciones: escuchar activamente y apoyarle mientras expresa sus emociones. Quitar o restar importancia a lo que está viviendo puede generarle mayor ansiedad.
- Explicarle la necesidad de la prueba o tratamiento: saber por qué se realiza y que es algo bueno y positivo para su salud puede motivarle. También es recomendable explicarle que los profesionales sanitarios pretenden ayudarle y cuidarle, no hacerle daño; es importante evitar expresiones negativas hacia los mismos para evitar que los identifique como una amenaza.
En ocasiones, puede ser necesario combinar diferentes estrategias para adaptarse a las necesidades y los miedos de cada niño. Se puede consultar y colaborar con el personal sanitario para establecer la mejor estrategia2.
En la mayoría de los casos, seguir estos consejos es suficiente para que el niño supere sus miedos. Sin embargo, algunas veces, debido a experiencias pasadas, el niño puede mostrar un nivel muy elevado de ansiedad. Cuando esto sucede, puede ser necesario recurrir a la ayuda de un experto en salud mental para que nos oriente y acompañe en la gestión de estas emociones y sentimientos3.
Además, si eres asegurado de Adeslas, recuerda que tienes disponible nuestro Plan de Segunda Infancia, donde podrás obtener más información.
Referencias:
1Cómo afrontar la ansiedad causada por los exámenes médicos. Medline Plus. Marzo, 2021.
2Miedo y fobia a las agujas: encuentre formas de manejarlos. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Marzo, 2023.
3Cómo ayudar a los niños (y adultos) a sobrellevar el dolor de las inyecciones. Healthy Children. Octubre, 2021.