En este post vamos a explicar qué es el Alzheimer, cómo se puede prevenir y qué efectos tiene el ejercicio para su prevención y tratamiento.
El 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, el tipo más común y conocido de demencia, que afecta a unas 800.000 personas en nuestro país. Cada año se diagnostican unos 40.000 nuevos casos y se estima que para 2050 habrá casi dos millones de personas con enfermedad de Alzheimer en España1.
Entre los principales retos para el abordaje de la enfermedad se encuentran la prevención y el diagnóstico precoz, ya que, según los expertos, más de la mitad de los casos leves están aún sin diagnosticar1.
¿Qué es el Alzheimer?1-3
El Alzheimer es un trastorno progresivo en el que el depósito de algunas proteínas en el cerebro provoca la pérdida y muerte de neuronas, lo que conduce a que los pacientes vayan perdiendo poco a poco su función cognitiva y capacidad funcional, y a un aumento gradual de su discapacidad y dependencia. La enfermedad de Alzheimer es la forma más habitual y conocida de demencia, y representa más del 60 % de los casos de demencia.
El término demencia engloba varias enfermedades que se caracterizan por el deterioro progresivo de la memoria, la capacidad cognitiva y las habilidades sociales, lo que disminuye la capacidad de las personas para llevar a cabo sus actividades cotidianas. Otros tipos de demencia son, por ejemplo, la demencia vascular o la demencia por cuerpos de Lewy.
Aunque las causas del Alzheimer no están del todo claras, el principal factor de riesgo es la edad. De hecho, el 90 % de los pacientes tiene más de 65 años. Pero, además de la edad, existen otros factores de riesgo modificables sobre los que sí se puede actuar para prevenir la demencia. Algunos de estos factores de riesgo modificables son los siguientes:
- La hipertensión arterial.
- La diabetes.
- El sobrepeso y la obesidad.
- El consumo de tabaco y de alcohol.
- La inactividad física.
- La depresión.
- El aislamiento social.
¿Se puede prevenir el Alzheimer?1,4
Aunque ninguna estrategia ha demostrado todavía prevenir la enfermedad de Alzheimer y es necesaria más investigación, existen indicios sólidos de que un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo de padecer Alzheimer.
Las siguientes pautas pueden ayudar a mantener una buena salud cerebral:
- Ejercitar las habilidades cognitivas y la memoria.
- Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
- Controlar el peso y seguir una alimentación adecuada. La dieta mediterránea se ha relacionado con un menor riesgo de padecer Alzheimer.
- Controlar los factores de riesgo cardiovascular: peso, tensión arterial, glucosa y colesterol.
- Corregir la pérdida de audición, si es necesario.
- Cuidar la salud mental para favorecer un buen estado de ánimo.
- Mantener las relaciones sociales y una vida activa.
- Realizar ejercicio de manera habitual.
El papel del ejercicio en la prevención del Alzheimer
Diversos estudios han demostrado que las personas que se mantienen físicamente activas son menos propensas a desarrollar la enfermedad de Alzheimer5.
Con dos o tres sesiones semanales de entre 30 y 60 minutos de ejercicio ya pueden lograrse diversos efectos positivos como5-7:
- Mejorar la función cognitiva y conservar la capacidad de razonamiento, pensamiento, y aprendizaje.
- Aumentar el tamaño del hipocampo, la parte del cerebro asociada a la memoria.
- Ayudar a mantener el flujo sanguíneo y la oxigenación cerebral, y a aumentar las sustancias que protegen al cerebro.
- Aumentar la actividad neuronal y poder mejorar la neuroplasticidad, es decir, la capacidad de crear nuevas conexiones nerviosas.
- Proteger frente a accidentes cerebrovasculares.
- Provocar cambios metabólicos y del sistema nervioso.
- Mejorar el bienestar del paciente y poder reducir los síntomas de otras afecciones psicológicas que pueden acompañar al deterioro cognitivo.
- Mejorar la utilización de la glucosa.
- Disminuir la actividad inflamatoria.
El papel del ejercicio en el tratamiento del Alzheimer7,8
Además de los efectos positivos de la actividad física para la prevención del Alzheimer, el ejercicio también es beneficioso para los pacientes de padecen esta enfermedad.
Los estudios indican que el ejercicio aeróbico de intensidad media contribuye a detener el deterioro cognitivo de los pacientes con enfermedad leve o moderada. Asimismo, proporciona cambios corporales, emocionales, sociales y de conducta, que mejoran el bienestar y la calidad de vida del paciente, observándose una respuesta significativa tras un periodo de 16 a 24 semanas de actividad física regular.
Existen algunas recomendaciones para introducir la práctica regular de ejercicio en la rutina de los pacientes con Alzheimer:
- Elegir un momento del día y un espacio para practicar ejercicio que no interfiera con el comportamiento del paciente.
- Practicar ejercicios estructurados y similares a los que el paciente ya conoce. A estas personas puede resultarles muy complicado realizar actividades nuevas o que ya han olvidado.
- Utilizar música durante la sesión para mejorar la adherencia a la actividad.
- Combinar ejercicios aeróbicos con ejercicios de fuerza, de equilibrio y de flexibilidad.
- Practicar la actividad física en 2 o 3 sesiones semanales de una hora de duración y acompañados de un monitor al que deberán seguir e imitar en los movimientos.
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Referencias:
1Al menos un 30% de los casos de demencia en el mundo podrían ser prevenibles, sin embargo, menos de un 50% de la población española conoce cómo. Sociedad Española de Neurología. Septiembre, 2022.
2Enfermedad de Alzheimer. Síntomas y Causas. Mayo Clinic. Abril, 2023.
3Demencia. Organización Mundial de la Salud. Marzo, 2023.
4Prevención del Alzheimer: ¿Existe? Mayo Clinic. Agosto, 2022.
5Enfermedad de Alzheimer: ¿Puede el ejercicio físico prevenir la pérdida de la memoria? Mayo Foundation for Medical Education and Research (MFMER). Julio, 2021.
6Efecto del ejercicio físico en la enfermedad de Alzheimer. Una revisión sistemática. NIH. Mayo, 2019.
7Efecto de la actividad física sobre el deterioro cognitivo y la demencia. Scielo. Abril, 2018.
8Efectos del ejercicio físico y pautas básicas para su prescripción en la enfermedad de Alzheimer. Rev Andal Med Deporte vol.9 no.1 Sevilla. Marzo, 2016.