Gastritis: principales causas, prevención y tratamiento
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En este artículo hablaremos sobre la gastritis, sus posibles causas y factores de riesgo, los síntomas que la pueden acompañar, así como de su diagnóstico y tratamiento. Finalmente, abordaremos algunas recomendaciones para la prevención y el cuidado de la gastritis.
El término gastritis hace referencia al proceso inflamatorio que afecta al estómago, tratándose de un concepto genérico que puede acompañar a diversas afecciones1.
¿Qué es la gastritis?1
La gastritis es la inflamación del revestimiento interno del estómago. Cuando la barrera mucosa que se encarga de proteger la pared del estómago se debilita o se lesiona, el ácido de los jugos digestivos puede dañar e inflamar el revestimiento estomacal.
Tipos de gastritis, causas y factores de riesgo1-4
La gastritis puede presentarse de dos maneras:
- Gastritis aguda: cuando aparece de manera repentina y tiene poco tiempo de duración.
- Gastritis crónica: cuando presenta un curso prolongado y progresivo durante meses o años. Se trata de una de las enfermedades crónicas más comunes, graves y persistentes que afectan a los seres humanos. Se estima que más de la mitad de la población mundial puede llegar a padecer esta enfermedad en algún grado y extensión.
La gastritis aguda suele estar relacionada con las siguientes causas:
- Medicamentos: uso de analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), aspirina y medicamentos de quimioterapia.
- Estrés fisiológico: en unidades de cuidado intensivo, politraumatismos, quemaduras, fallo multiorgánico por cirugía mayor o sepsis, entre otras situaciones.
- Consumo de sustancias tóxicas: consumo excesivo de alcoholo drogas como la cocaína.
- Alimentos: comidas picantes o muy especiadas.
- Infecciones: causadas por el virus del herpes simple o citomegalovirus; bacterianas (como el Helicobacter pylori) y parasitarias.
- Reflujo biliar alcalino: en el que la bilis accede al estómago y produce la inflamación.
- Algunos tratamientos: como radioterapia para el cáncer.
- La ingesta de agentes corrosivos: como, por ejemplo, venenos.
La gastritis crónica se relaciona, en la mayoría de los casos, con la infección por Helicobacter pylori. Ese tipo de gastritis conlleva lesiones ulcerosas de la mucosa gástrica y duodenal y está relacionado con un mayor riesgo de sufrir cáncer de estómago. De ahí la importancia en la erradicación de la infección bacteriana, que conlleva la normalización de la mucosa gástrica.
Otros factores que se relacionan con un mayor riesgo de aparición de gastritis crónica incluyen:
- Edad avanzada: en las personas mayores tiene lugar inflamación y atrofia del revestimiento del estómago.
- Trastornos inmunológicos: en la gastritis autoinmune, la inflamación gástrica se produce cuando el sistema inmunitario ataca por error las células del estómago, causando su debilitamiento.
- Reflujo biliar alcalino: cuando es continuo perpetúa la inflamación gástrica.
- Otras patologías: puede estar asociada a la enfermedad de Crohn, la celiaquía, la sarcoidosis y el VIH o SIDA, entre otras.
Signos y síntomas1, 2, 4
La gastritis puede ser asintomática. Cuando aparecen signos y síntomas, estos pueden incluir:
- Malestar, dolor o sensación de ardor en la parte superior del abdomen que puede mejorar o empeorar cuando se ingieren alimentos.
- Pesadez estomacal tras una comida o sensación de saciedad precoz.
- Acidez estomacal.
- Náuseas y vómitos.
- Falta de apetito.
- Gases.
- Si la gastritis ocasiona sangrado de la pared del estómago, se pueden presentar:
- Heces negras.
- Vómitos con sangre.
Diagnóstico y tratamiento2, 3, 5, 6
Para poder establecer el diagnóstico de gastritis, el equipo sanitario responsable llevará a cabo una anamnesis para conocer los antecedentes y un adecuado examen físico. Para su confirmación se requerirá el estudio histológico por medio de la toma de muestras de la mucosa gástrica mediante pruebas como:
- Gastroscopia: introducción por la boca de un tubo flexible que contiene una cámara (endoscopio) para evaluar todo el revestimiento del esófago, estómago y duodeno.
- Biopsia gástrica: se realiza en el momento de la endoscopia. Consiste en la extracción de una muestra de tejido gástrico para la detección de Helicobacter Pylori, así como de zonas irregulares o con signos de inflamación para análisis histológico.
Otras pruebas complementarias que se pueden llevar a cabo incluyen:
- Detección de infección por Helicobacter pylori: a través de un análisis de heces o una prueba de aliento. El examen de heces también permite identificar la presencia de sangre, que podría ser indicativo de hemorragia digestiva.
- Radiografía: las imágenes radiográficas del esófago, el estómago y el intestino delgado pueden ayudar a detectar anomalías, como por ejemplo lesiones ulcerosas.
- Análisis de sangre: para detectar anemia o alguna otra alteración como la presencia de anticuerpos autoinmunes.
En cuanto al tratamiento de la gastritis, este se establecerá de forma individualizada en función de su causa específica, pudiendo contemplar:
- Supresión de agentes agresores: como el caso de tratamientos con aspirina y analgésicos antiinflamatorios o el consumo de alcohol.
- Prescripción de tratamiento farmacológico que puede incluir:
- Antibioterapia: en el caso de infección por H. Pylori, la terapia de erradicación consiste en la toma de antibióticos, junto con los inhibidores de la bomba de protones.
- Inhibidores de la bomba de protones: disminuyen la producción de ácido en el estómago, reducen la inflamación y promueven la reparación de la mucosa gástrica.
- Antihistamínicos o bloqueadores de ácido: también son capaces de reducir el ácido liberado en el estómago.
- Antiácidos: neutralizan el ácido estomacal, determinando un alivio rápido de los síntomas.
Complicaciones de la gastritis1-3
Sin un tratamiento adecuado, la inflamación persistente puede dañar en profundidad la mucosa gástrica y causar erosiones y úlceras, que pueden llegar a sangrar o perforarse. En el caso de la gastritis crónica, principalmente por H. Pylori o autoinmune, la mucosa puede atrofiarse, lo que implica la pérdida de glándulas gástricas y sus funciones, con menor producción de ácido y enzimas que conllevan a déficit de absorción de hierro y vitamina B12, entre otros.
De forma poco habitual, la gastritis, especialmente la de tipo crónico, puede aumentar el riesgo de cáncer de estómago.
Recomendaciones para la prevención y el cuidado de la gastritis2, 4, 5, 6
Existe una serie de recomendaciones y cuidados que pueden contribuir a prevenir y mejorar los síntomas y molestias derivados de la gastritis. Entre ellos destacan:
- Seguir una alimentación saludable, evitando los alimentos irritantes para el estómago, como picantes, ácidos, grasos o fritos, las salsas, las especias y las bebidas alcohólicas; y realizando 5 comidas al día.
- Gestionar y manejar el estrés.
- Evitar la toma de analgésicos antiinflamatorios de manera frecuente, capaces de aumentar el riesgo de gastritis, así como valorar el cambio de analgesia prescrita, si procede y es posible, siempre bajo la indicación y supervisión del equipo sanitario responsable.
En resumen, la gastritis es la inflamación del estómago, de carácter agudo o crónico, que puede producirse por diferentes causas, incluyendo el consumo de irritantes, el tratamiento con ciertos medicamentos o la infección por Helicobacter Pylori, entre otras. El tratamiento debe ser individualizado, abordando las causas de la gastritis y la prevención debe incluir una alimentación saludable y la revisión de agentes irritantes para el estómago.
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Referencias:
1 Gastritis. Síntomas y causas. Mayo Clinic. Mayo, 2024.
2 Gastritis. MedlinePlus. Enero, 2023.
3 Chronic gastritis. Scandinavian Journal of Gastroenterology. Abril, 2015.
4 Gastritis. Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Consultado en julio, 2025.
5 Gastritis. Diagnóstico y tratamiento. Mayo Clinic. Mayo, 2024.
6 Gastritis crónica. Clínica Universidad de Navarra (CUN). Consultado en julio, 2025.